miércoles, 13 de abril de 2011

Es tiempo de Procesión

Se airea la túnica, se destrenzan las tablas, se anuda el cíngulo, se plancha el capillo, se embetunan los zapatos y se dejan lustrosos, se prepara el hombro para el recorrido. Se va a buscar el hermano secretario junto al pequeño grupete de compañeros de fatigas, se brinda con la última limonada en el Begoña con los hermanos antes de enfrentarse a la procesión, se va caminando junto a los tuyos en grupos, riendo, comentando la "jugada" de otras cofradías y sus procesiones y de como bailan y llevan el paso. Se saluda al hermano mayor y al "seise" y a los demás camaradas que hay en el patio antes de ponerse en posición, se emociona por el tronar de las bandas acercándose a su posición de salida, se sonríe por el ir y venir de la gente apelotonada porque nuestro paso ocupa la entrada del patio, al ser el cabecera de la procesión. Se anima al escuchar el tambor y la corneta de la ronda, se respeta el silencio de la gente orando porque salga bien la puja, se da la orden de "capillos abajo", se rueda al Lignum por la cuesta, se oye la marcha de la banda, se lleva el paso al brazo, y finalmente al hombro.

Detrás quedaron las sonrisas al escuchar, a principios de diciembre, los primeros acordes de una banda de cornetas y tambores, aporreando al unísono tras el merecido descanso tras la Semana Santa del año pasado y el pequeño papón que llevo empezó a contar los días que quedaban.2010 No fue muy dicho para este bracero, hay que reconocerlo, lunes lloviendo, el miércoles salimos pero con un ojo puesto en la puja y otro en el cielo, y el viernes todo se me torció debido a un terrible corte de digestión que me tuvo todo el Santo día encerrado, además de un aguacero que le dio por destrozar lo que en un año entero se hizo con mimo.

Ahora estamos en el 2011, las bandas están más que rodadas, la gente está excitada por la cercanía de las fiestas; salvo por el fútbol, solo se escuchan conversaciones sobre cuando salen las bandas y con quien salen, sobre los nuevos tronos, las nuevas inclusiones, sobre trayectos y horarios, sobre cambios de última hora y posiciones dentro del paso, un bullir y, sobre todo, por la tardía de este año, en el que, si dios no lo quiere, esperemos que no llueva, aunque tampoco se pase el calor

Como todos estos años, me lanzaré a las calles abarrotadas de León para ver, como seguidor, la mayor cantidad de procesiones que mis ojos y el objetivo de mi cámara puedan captar. No obstante será un año extraño sin la voz crítica que me acompañaba a las procesiones, un duro precio por aun algo que se me escapa de las manos. Supongo que el único día de "relax" relativo será el martes, aunque sea mi cumpleaños y que toque, posiblemente despertarse pronto para ir a preparar los pasos.



No pocas voces me preguntan el por qué de mi afición a algo tan sacro como es la Semana Santa, y más la leonesa, pulcra y silenciosa a la par que católica. Mi respuesta, no lo se, es una atracción que me viene desde pequeño, la tradición por la Semana santa de León, el bullicio y la emoción de ver a conocidos, del respeto hacia las costumbres, al silencio, a la banda acompañando a los braceros al paso, son muchas cosas, pura cultura para los sentidos, emocionan a la vista y al oído, el sufrir de muchos cofrades, de sus familias, el orgullo de pertenecer a algo tan importante para la comunidad leonesa.

No es solamente un culto hacia algo sacro, no señor, es un culto hacia la patria chica, hacia sus gentes y hacia su comunidad. l¡La Semana Santa es León y León es la Semana Santa.

2 comentarios:

  1. Creo que no podría haberlo descrito mejor... Muy emotivo!

    Besín!

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  2. Bonita entrada; espero que cuando acabe la semana estéis todos los papones satisfechos y que nos hayáis hecho disfrutar al resto de mortales.
    Un abrazo.

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