martes, 17 de mayo de 2011

Esperanza, lluvia, retraso, cancelación.

He escrito y reescrito mi entrada sobre la Semana Santa una y otra vez mientras se marchitaban las flores de los pasos no sacados, y a cuanto mas se ponían mustias menos me apetecía a mí el hecho de escribir sobre esta festividad, para quitármela cuanto antes de la cabeza.

FRACASO,  esa es la palabra global que se puede sacar desde el Lunes al Viernes, pocas o ninguna procesión pudo realizar completo su circuito debido a las lluvias o, en todo caso, al miedo, pero tenemos que sopesar el vicio o devoción que pueden tener algunos al hecho de preservar el patrimonio que no es poco.

Pero ese lunes, nadie pensaba en ello, todo era alegría, ganas de trabajar, de ponerse manos a la obra, sacando los tronos del mercado de ganados, de sacar con terrible esfuerzo el "descendimiento" porque alguien no había medido el tamaño de las nuevas varas, del ir y venir a por las cosas y de las risas de los "manzanillos" o novatos como yo en el montaje de los pasos. He de reconocerlo, jamás haber cogido unos días para ir a trabajar a la misma hora a otro sitio por el puro hecho de ir a ayudar no había sido tan gratificante nunca.

Y con ello encarrilamos el lunes, a la primera procesión de los "negros"...y qué decir...

Es terrible, denigrante, vergonzoso, triste y todos los adjetivos que se me ociurran el hecho crítico que ocurrió en Santa Nonia por una mísera flor, no le voy a dar más vuelta, quien tenga que hacer algo que lo haga.ç

Así, y tras caernos un chaparrón de mil demonios en León, nos invitaron a salir en procesión en Oviedo. Aunque las predicciones meteorológicas no fueron muy benevolentes. Pero por un día el tiempo se portó y pudimos degustar de la noche de Vetusta, donde las procesiones semanasanteras no son tradición. Qué decir de la cofradía, se portó terriblemente bien, por lo que el año que viene, si quieren, volveremos.

Del miércoles, poco podemos decir, el agua no dejó hacer nada, así lo que el mero acto de presencia ya confirmó las sospechas...con poca gente que se animo a acercarse, y los espectadores desmotivados, tras el tiempo oportuno de espera, se decidió cancelar.

Y desgraciadamente el viernes...el cual empezó lloviznando, cancelando "el encuentro" de la mañana, nos delimitó a un último intento por la tarde, "el santo entierro" que, como año impar, le tocaba a la cofradía en la que estoy. La gente, ansiosa por tener, por lo menos, un simple recuerdo de procesionar en el 2011, quería salir, el tiempo, decía que si se podía salir, pero a la hora que tocaba, un nubarrón empañó la salida, Se le dio un margen de tiempo, puesto que era la última procesión de la semana y de los "negros", la más importante junto a la de la mañana, toda la gente que no pudo procesionar al alba estaba más que dispuesta a salir por la tarde...imposible, a la hora estipulada el abad comunicó que no se podía salir. Me dio algo de pena, no por mi, sino por la gente que con tanta espera había esperado a este intento, los niños lloraron y los hermanos se abrazaron con un "ya se verá el año que viene".

En general, ha sido una semana santa desastrosa, no se ha podido hacer nada, no he logrado sacar una foto decente, la gente no ha salido casi. Pero bueno, ahora toca volver a poner el reloj de arena bocabajo de nuevo y ver como va acercándose el día en que, cornetas y tambores, limonada y torrijas, "papones" al son y niños tiendemanos volveran a llenar los barrios del centro de León.

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